3 razones por las que preparar un Angel Food o Pastel de Ángel navideño.
Razón nº 1 (y fundamental): No necesita tiempo de reposo ni largas preparaciones. Así que es genial para los que queremos preparar un bizcocho con todo el sabor de la Navidad pero sin pasarnos la vida en la cocina.
Razón nº2: Este bizcocho no está reñido con las listas de buenos propósitos. Su ingrediente principal son las claras de huevo que son ligeras. No lleva apenas ni harina ni azúcar, razón que convence, verdad??
Razón nº3: es una receta de aprovechamiento. Le daréis salida a esas claras de huevo que tenemos rodando por la cocina. Y además también terminaremos las frutas escarchadas que nos han regalado y, que de otra forma, estarían en la nevera hasta el verano.
Lo único que puedo añadir es que este bizcocho crea adicción. Quizás sea lo tremendamente esponjoso, o que es suave y ligero como una nube. El caso es que estoy segura que no será el último que publique porque hay muchas versiones esperando a ser probadas.
Pulverizar el azúcar hasta que esté fina. Tamizarla dos veces y reservar.
Tamizar las harinas juntas 3 veces y reservar.
Cortar las frutas en trocitos pequeños.
Precalentar el horno a 170º.
Mezclar las claras de huevo con el crémor tártaro y la sal hasta que desaparezcan. Batir hasta que al levantar el batidor se forme un pico suave.
Sin dejar de batir añadir el azúcar a razón de 1 cucharada cada 15 segundos.
Agregar el extracto de vainilla y batir para incorporarlo.
Sin dejar de batir añadir la mezcla de harina en tres tandas. Es decir añadir un 1/3 de las harinas, mezclar suavemente y repetir la operación dos veces más. Mejor hacerlo con movimientos suaves y envolventes. Hay que evitar mezclar o batir en exceso.
Pasar parte de la masa a un molde desmoldable especial de Angel Food sin engrasar. Repartir parte de las frutas cortadas. Repetir la operación hasta que toda la masa y todas frutas estén en el molde. Así nos aseguramos de que el relleno queda bien distribuido.
Hornear durante 40 minutos o hasta que al pincharlo el palito salga limpio. Puede que durante el horneado la mezcla crezca tanto que nos parezca que se va a salir del molde pero no hay que preocuparse porque después se desinfla un poco.
Cuando ya esté cocido retirar del horno y, con cuidado, darle la vuelta y dejar que se enfríe durante 1 hora sobre sus patas. Si vuestro molde no tiene patas podéis dejarlo sobre el cuello de una botella.
Transcurrido el tiempo, desprender el bizcocho del borde del molde. Pasar un cuchillo por el perímetro del bizcocho y desmoldar. Pasar otra vez el cuchillo por la superficie para retirar la pieza central y colocarlo en una fuente bonita.
Dejar que se termine de enfriar y servir.
Pulverizar el azúcar hasta que esté fina. Tamizarla dos veces y reservar.
Tamizar las harinas juntas 3 veces y reservar.
Cortar las frutas en trocitos pequeños.
Precalentar el horno a 170º.
Batir a velocidad baja las claras de huevo con el crémor tártaro y la sal hasta que desaparezcan. Subir la intensidad hasta velocidad 5 y batir hasta que al levantar las varillas se forme un pico suave.
Continuar con velocidad 5 y añadir el azúcar a razón de 1 cucharada cada 15 segundos.
Agregar el extracto de vainilla y batir suavemente para incorporarlo.
Bajar hasta velocidad 3 y añadir la mezcla de harina en tres tandas. Es decir añadir un 1/3 de las harinas, mezclar suavemente y repetir la operación dos veces más. Hay que evitar mezclar o batir en exceso.
Pasar parte de la masa a un molde desmoldable especial de Angel Food sin engrasar. Repartir parte de las frutas cortadas. Repetir la operación hasta que toda la masa y todas frutas estén en el molde. Así nos aseguramos de que el relleno queda bien distribuido.
Hornear durante 40 minutos o hasta que al pincharlo el palito salga limpio. Puede que durante el horneado la mezcla crezca tanto que nos parezca que se va a salir del molde pero no hay que preocuparse porque después se desinfla un poco.
Cuando ya esté cocido retirar del horno y, con cuidado, darle la vuelta y dejar que se enfríe durante 1 hora sobre sus patas. Si vuestro molde no tiene patas podéis dejarlo sobre el cuello de una botella.
Transcurrido el tiempo, desprender el bizcocho del borde del molde. Pasar un cuchillo por el perímetro del bizcocho y desmoldar. Pasar otra vez el cuchillo por la superficie para retirar la pieza central y colocarlo en una fuente bonita.
Dejar que se termine de enfriar y servir.
Más información – Naranjas confitadas
Razón nº 1 (y fundamental): No necesita tiempo de reposo ni largas preparaciones. Así que es genial para los que queremos preparar un bizcocho con todo el sabor de la Navidad pero sin pasarnos la vida en la cocina.
Razón nº2: Este bizcocho no está reñido con las listas de buenos propósitos. Su ingrediente principal son las claras de huevo que son ligeras. No lleva apenas ni harina ni azúcar, razón que convence, verdad??
Razón nº3: es una receta de aprovechamiento. Le daréis salida a esas claras de huevo que tenemos rodando por la cocina. Y además también terminaremos las frutas escarchadas que nos han regalado y, que de otra forma, estarían en la nevera hasta el verano.
Lo único que puedo añadir es que este bizcocho crea adicción. Quizás sea lo tremendamente esponjoso, o que es suave y ligero como una nube. El caso es que estoy segura que no será el último que publique porque hay muchas versiones esperando a ser probadas.
INGREDIENTES
- 9 claras de huevo a temperatura ambiente
- 1 cucharadita de crémor tártaro
- 1 pellizco de sal
- 1 cucharada de extracto de vainilla líquida
- 50 g de harina de trigo
- 50 g de harina de maiz (maicena)
- 200 g de azúcar pulverizada
- 80 g de cerezas y naranja confitadas
PREPARACIÓN TRADICIONAL
Pulverizar el azúcar hasta que esté fina. Tamizarla dos veces y reservar.
Tamizar las harinas juntas 3 veces y reservar.
Cortar las frutas en trocitos pequeños.
Precalentar el horno a 170º.
Mezclar las claras de huevo con el crémor tártaro y la sal hasta que desaparezcan. Batir hasta que al levantar el batidor se forme un pico suave.
Sin dejar de batir añadir el azúcar a razón de 1 cucharada cada 15 segundos.
Agregar el extracto de vainilla y batir para incorporarlo.
Sin dejar de batir añadir la mezcla de harina en tres tandas. Es decir añadir un 1/3 de las harinas, mezclar suavemente y repetir la operación dos veces más. Mejor hacerlo con movimientos suaves y envolventes. Hay que evitar mezclar o batir en exceso.
Pasar parte de la masa a un molde desmoldable especial de Angel Food sin engrasar. Repartir parte de las frutas cortadas. Repetir la operación hasta que toda la masa y todas frutas estén en el molde. Así nos aseguramos de que el relleno queda bien distribuido.
Hornear durante 40 minutos o hasta que al pincharlo el palito salga limpio. Puede que durante el horneado la mezcla crezca tanto que nos parezca que se va a salir del molde pero no hay que preocuparse porque después se desinfla un poco.
Cuando ya esté cocido retirar del horno y, con cuidado, darle la vuelta y dejar que se enfríe durante 1 hora sobre sus patas. Si vuestro molde no tiene patas podéis dejarlo sobre el cuello de una botella.
Transcurrido el tiempo, desprender el bizcocho del borde del molde. Pasar un cuchillo por el perímetro del bizcocho y desmoldar. Pasar otra vez el cuchillo por la superficie para retirar la pieza central y colocarlo en una fuente bonita.
Dejar que se termine de enfriar y servir.
PREPARACIÓN CON KITCHENAID
Pulverizar el azúcar hasta que esté fina. Tamizarla dos veces y reservar.
Tamizar las harinas juntas 3 veces y reservar.
Cortar las frutas en trocitos pequeños.
Precalentar el horno a 170º.
Batir a velocidad baja las claras de huevo con el crémor tártaro y la sal hasta que desaparezcan. Subir la intensidad hasta velocidad 5 y batir hasta que al levantar las varillas se forme un pico suave.
Continuar con velocidad 5 y añadir el azúcar a razón de 1 cucharada cada 15 segundos.
Agregar el extracto de vainilla y batir suavemente para incorporarlo.
Bajar hasta velocidad 3 y añadir la mezcla de harina en tres tandas. Es decir añadir un 1/3 de las harinas, mezclar suavemente y repetir la operación dos veces más. Hay que evitar mezclar o batir en exceso.
Pasar parte de la masa a un molde desmoldable especial de Angel Food sin engrasar. Repartir parte de las frutas cortadas. Repetir la operación hasta que toda la masa y todas frutas estén en el molde. Así nos aseguramos de que el relleno queda bien distribuido.
Hornear durante 40 minutos o hasta que al pincharlo el palito salga limpio. Puede que durante el horneado la mezcla crezca tanto que nos parezca que se va a salir del molde pero no hay que preocuparse porque después se desinfla un poco.
Cuando ya esté cocido retirar del horno y, con cuidado, darle la vuelta y dejar que se enfríe durante 1 hora sobre sus patas. Si vuestro molde no tiene patas podéis dejarlo sobre el cuello de una botella.
Transcurrido el tiempo, desprender el bizcocho del borde del molde. Pasar un cuchillo por el perímetro del bizcocho y desmoldar. Pasar otra vez el cuchillo por la superficie para retirar la pieza central y colocarlo en una fuente bonita.
Dejar que se termine de enfriar y servir.
Más información – Naranjas confitadas
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