No sé si os habéis dado cuenta pero cada vez queda menos para el Día de los Enamorados o San Valentín. Yo soy de la opinión de que movimiento se demuestra andando pero no voy a ser tan boba como para dejar pasar la fecha sin darnos un pequeño caprichito.
Para esta ocasión he utilizado una receta de un curioso libro que los Reyes Magos me han dejado este año. Digo lo de curioso porque, como veréis en la foto, no tiene el tradicional formato. Se trata de una caja de lata con 50 fichas sobre galletas y hay para todos los gustos!!
Aquí os dejo una propuesta para sorprender a quien vosotros queráis.
CORAZONES DE JENGIBRE Y CHOCOLATE BLANCO
Ingredientes:
50 g de pasas
75 g de chocolate negro de cobertura
30 g de raíz de jengibre
1 huevo
30 g de mantequilla blanda
50 g de azúcar
1 vaina de vainilla
100 g de harina
1/4 cucharada de levadura en polvo
125 g de chocolate blanco de cobertura
40 g de pistachos pelados y picados
Preparación:
Poner las pasas y el chocolate negro en el vaso de la Thermomix y picar con dos golpes de turbo. Reservar.
Pelar el jengibre y rallarlo finamente. Reservar.
Colocar en el vaso la mariposa e introducir la mantequilla, el azúcar y la pulpa de la vainilla. Programar 5 minutos velocidad 3 1/2. En este paso puede que la mantequilla se nos quede pegada al vaso, si es así parar la máquina y con la espátula bajarla y poner de nuevo en marcha.
Una vez finalizado el tiempo programarla en velocidad 3 1/2 sin temperatura ni tiempo. Añadir el huevo poco a poco. Cuando esté incorporado a la masa añadir la harina, la levadura, la mezcla de chocolate y pasas y el jengibre que teníamos reservado. Batirlo todo junto hasta que la masa esté uniforme.
Dejarla enfriar durante 30 minutos enrollada en una lámina de plástico transparente.
Mientras la masa está reposando se puede ir precalentando el horno a 180ºC.
Cuando haya finalizado el tiempo de reposo extender la masa entre dos hojas de papel sulfurizado o papel de horno. Cortar porciones con un cortador en forma de corazón y colocarlos en una bandeja de horno forrada de papel sulfurizado o similar. Es conveniente dejar una distancia de 2 ó 3 cm. entre cada galleta. Hornear durante 12 minutos en la parte central de horno.
Dejarlas enfriar sobre una rejilla.
Mientras se enfrían la galletas se puede ir derritiendo la cobertura de chocolate blanco al baño María y picando los pistachos en un mortero o almirez.
Sumergir una de las mitades de la galleta en el chocolate y cuando deje de gotear presionar los pistachos por el costado de cada galleta para formar un borde verde.
Dejar secar sobre papel sulfurizado.
Observaciones:
El tiempo invertido es de una hora aproximadamente y salen unas 30 unidades.
La mantequilla es recomendable que esté a temperatura ambiente y que la harina esté tamizada.
Yo he probado con varios cortadores y el que más me ha gustado ha sido uno que mide 6 de alto por 5 1/2 de ancho.
Los recortes de las masas se pueden unir y volver a estirar y cortar pero yo no los reutilizo más de 2 ó 3 veces porque la masa se va deteriorando y las galletas no quedan como las del principio.
El tema horno es un mundo por descubrir y cada usuario tiene que conocer el suyo. Lo que sí que recomiendo es que se utilice un termómetro. Son baratos, el mío me costó 15 euros y estoy encantada porque controlo mucho mejor el horno. Lo que sí que es básico para estas galletas es que se horneen en la altura central.
Considero que la mejor manera de derretir el chocolate es hacerlo al baño María y sin que el cuenco, en que tenemos el chocolate, toque el agua el caliente. O sea, que se derrite por el vapor y no por la temperatura del agua. Así evitamos que el chocolate alcance temperaturas elevadas y preservamos mejor su sabor y características.
A la hora de machacar los pistachos cada uno lo hará según sus gustos. Yo he preferido dejarlos pequeños pero sin que llegaran a ser polvo de pistacho.
Las galletas sobrantes, que han sido pocas!!, las he guardado en una caja de lata. La receta original dice que aguantan hasta una semana pero esto no lo he podido verificar.
Para esta ocasión he utilizado una receta de un curioso libro que los Reyes Magos me han dejado este año. Digo lo de curioso porque, como veréis en la foto, no tiene el tradicional formato. Se trata de una caja de lata con 50 fichas sobre galletas y hay para todos los gustos!!Aquí os dejo una propuesta para sorprender a quien vosotros queráis.
CORAZONES DE JENGIBRE Y CHOCOLATE BLANCO
Ingredientes:
50 g de pasas
75 g de chocolate negro de cobertura
30 g de raíz de jengibre
1 huevo
30 g de mantequilla blanda
50 g de azúcar
1 vaina de vainilla
100 g de harina
1/4 cucharada de levadura en polvo
125 g de chocolate blanco de cobertura
40 g de pistachos pelados y picados
Preparación:
Poner las pasas y el chocolate negro en el vaso de la Thermomix y picar con dos golpes de turbo. Reservar.
Pelar el jengibre y rallarlo finamente. Reservar.
Colocar en el vaso la mariposa e introducir la mantequilla, el azúcar y la pulpa de la vainilla. Programar 5 minutos velocidad 3 1/2. En este paso puede que la mantequilla se nos quede pegada al vaso, si es así parar la máquina y con la espátula bajarla y poner de nuevo en marcha.
Una vez finalizado el tiempo programarla en velocidad 3 1/2 sin temperatura ni tiempo. Añadir el huevo poco a poco. Cuando esté incorporado a la masa añadir la harina, la levadura, la mezcla de chocolate y pasas y el jengibre que teníamos reservado. Batirlo todo junto hasta que la masa esté uniforme.
Dejarla enfriar durante 30 minutos enrollada en una lámina de plástico transparente.
Mientras la masa está reposando se puede ir precalentando el horno a 180ºC.
Cuando haya finalizado el tiempo de reposo extender la masa entre dos hojas de papel sulfurizado o papel de horno. Cortar porciones con un cortador en forma de corazón y colocarlos en una bandeja de horno forrada de papel sulfurizado o similar. Es conveniente dejar una distancia de 2 ó 3 cm. entre cada galleta. Hornear durante 12 minutos en la parte central de horno.
Dejarlas enfriar sobre una rejilla.
Mientras se enfrían la galletas se puede ir derritiendo la cobertura de chocolate blanco al baño María y picando los pistachos en un mortero o almirez.
Sumergir una de las mitades de la galleta en el chocolate y cuando deje de gotear presionar los pistachos por el costado de cada galleta para formar un borde verde.
Dejar secar sobre papel sulfurizado.
Observaciones:
El tiempo invertido es de una hora aproximadamente y salen unas 30 unidades.
La mantequilla es recomendable que esté a temperatura ambiente y que la harina esté tamizada.
Yo he probado con varios cortadores y el que más me ha gustado ha sido uno que mide 6 de alto por 5 1/2 de ancho.
Los recortes de las masas se pueden unir y volver a estirar y cortar pero yo no los reutilizo más de 2 ó 3 veces porque la masa se va deteriorando y las galletas no quedan como las del principio.
El tema horno es un mundo por descubrir y cada usuario tiene que conocer el suyo. Lo que sí que recomiendo es que se utilice un termómetro. Son baratos, el mío me costó 15 euros y estoy encantada porque controlo mucho mejor el horno. Lo que sí que es básico para estas galletas es que se horneen en la altura central.
Considero que la mejor manera de derretir el chocolate es hacerlo al baño María y sin que el cuenco, en que tenemos el chocolate, toque el agua el caliente. O sea, que se derrite por el vapor y no por la temperatura del agua. Así evitamos que el chocolate alcance temperaturas elevadas y preservamos mejor su sabor y características.
A la hora de machacar los pistachos cada uno lo hará según sus gustos. Yo he preferido dejarlos pequeños pero sin que llegaran a ser polvo de pistacho.
Las galletas sobrantes, que han sido pocas!!, las he guardado en una caja de lata. La receta original dice que aguantan hasta una semana pero esto no lo he podido verificar.
yo también tengo estas fichas! un beso!
ResponderEliminar