Desde hace unos meses me estoy convirtiendo en una fan incondicional de las tartas de queso. A ninguna le pongo mala cara, no obstante, tengo que reconocer que esta tarta de queso y chocolate blanco es una de mis favoritas.
Me gustan tanto, que no sabría si declinarme por las que se hornean o por las que se cuajan solas en la nevera. Cada tipo tiene características diferentes que las hacen perfectas para distintas situaciones. Además su frescura es perfecta para estos meses de calor.
La de hoy tiene un sabor delicioso nada empachoso y una textura tipo mousse que la hace diferente a cualquier otra.
Esta tarta de queso y chocolate blanco cunde para unas 10-12 personas. Es fácil de hacer, sin embargo hay que prepararla con tiempo para que salga perfecta. Para evitar que se rompa hay que seguir el viejo truco de dejarla enfriar dentro del horno. Así no sufrirá cambios bruscos de temperatura y será la única forma de que la superficie no se agriete.
Engrasar un molde desmontable y forrar la base con papel de hornear o similar.
Derretir la mantequilla en el microondas durante 30 segundos.
Picar las galletas hasta convertirlas en polvo Verter la mantequilla y mezclar hasta conseguir una pasta. Presionar esta pasta en el fondo del molde procurando que quede nivelada. Refrigerar durante 30 minutos.
Mientras, precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo. Sin ventilador.
Derretir el chocolate blanco al baño de vapor. Reservar.
Batir el queso de untar con el azúcar, la nata y la esencia de vainilla hasta conseguir una mezcla homogénea. Incorporar las yemas una a una. Una vez que estén bien integradas agregar el chocolate blanco derretido.
A parte, batir las claras hasta que estén firmes. Incorporarlas a la mezcla de chocolate blanco utilizando unas varillas manuales y realizando movimientos envolventes.
Retirar el molde de la nevera y forrar, por fuera, la base y los laterales con dos capas de papel de aluminio. Verter la mezcla, nivelarla y hornear durante 50 minutos.
Transcurrido el tiempo apagar el horno y dejar la tarta dentro. Poner un paño doblado en la puerta del horno, de modo que quede una pequeña abertura que facilitará que la temperatura vaya disminuyendo poco a poco. No os aconsejo que la puerta del horno quede entreabierta porque, al menos en mi horno, esa abertura es demasiado grande y se produce un enfriamiento demasiado brusco.
Una vez que la tarta haya alcanzado la temperatura ambiente, refrigerar al menos durante 4 o 5 horas.
A la hora de servir, desmoldar con cuidado y colocarla en un plato de servir bonito. Decorar con las chocolatinas o similar.
Engrasar un molde desmontable y forrar la base con papel de hornear o similar.
Derretir la mantequilla en el microondas durante 30 segundos.
Poner las galletas en el vaso y pulverizar con 4 golpes de turbo. Quitar la tapa y verificar que no ha quedado ningún trozo grande.
Añadir la mantequilla derretida. Programar 10 segundos, velocidad 4. Volcar la mezcla en un molde, distribuir uniformemente y presionar bien para que la masa quede pegada al molde. Refrigerar durante 30 minutos.
Mientras, precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo. Sin ventilador.
Derretir el chocolate blanco al baño de vapor. Reservar.
Con el vaso limpio, poner la mariposa en las cuchillas. Batir el queso de untar con el azúcar, la nata y la esencia de vainilla durante 1 minuto, velocidad 3. Programar 2 minutos sin tiempo e incorporar las yemas una a una por el bocal. Agregar también el chocolate blanco derretido. Retirar y reservar.
Con el vaso y la mariposa completamente limpios, batir las claras durante 3 minutos a velocidad 3 ½. Incorporarlas a la mezcla de chocolate blanco utilizando unas varillas manuales y realizando movimientos envolventes.
Retirar el molde de la nevera y forrar, por fuera, la base y los laterales con dos capas de papel de aluminio. Verter la mezcla, nivelarla e introducirla en el horno durante 50 minutos.
Transcurrido el tiempo apagar el horno y dejar la tarta dentro. Poner un paño doblado en la puerta del horno, de modo que quede una pequeña abertura que facilitará que la temperatura vaya disminuyendo poco a poco. No os aconsejo que la puerta del horno quede entreabierta porque, al menos en mi horno, esa abertura es demasiado grande y se produce un enfriamiento demasiado brusco.
Una vez que la tarta haya alcanzado la temperatura ambiente, refrigerar al menos durante 4 o 5 horas.
A la hora de servir, desmoldar con cuidado y colocarla en un plato de servir bonito. Decorar con las chocolatinas o similar.
Más información – Tarta de queso clásica / Cheesecake de mango
Me gustan tanto, que no sabría si declinarme por las que se hornean o por las que se cuajan solas en la nevera. Cada tipo tiene características diferentes que las hacen perfectas para distintas situaciones. Además su frescura es perfecta para estos meses de calor.
La de hoy tiene un sabor delicioso nada empachoso y una textura tipo mousse que la hace diferente a cualquier otra.
Esta tarta de queso y chocolate blanco cunde para unas 10-12 personas. Es fácil de hacer, sin embargo hay que prepararla con tiempo para que salga perfecta. Para evitar que se rompa hay que seguir el viejo truco de dejarla enfriar dentro del horno. Así no sufrirá cambios bruscos de temperatura y será la única forma de que la superficie no se agriete.
INGREDIENTES
- 140 g de galletas digestive
- 50 g de mantequilla derretida
- 170 g de chocolate blanco
- 400 g de queso de untar
- 140 g de azúcar blanquilla
- 175 g de nata
- 15 g de esencia de vainilla
- 3 claras
- 3 yemas
- Chocolatinas para decorar (optativo)
PREPARACIÓN TRADICIONAL
Engrasar un molde desmontable y forrar la base con papel de hornear o similar.
Derretir la mantequilla en el microondas durante 30 segundos.
Picar las galletas hasta convertirlas en polvo Verter la mantequilla y mezclar hasta conseguir una pasta. Presionar esta pasta en el fondo del molde procurando que quede nivelada. Refrigerar durante 30 minutos.
Mientras, precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo. Sin ventilador.
Derretir el chocolate blanco al baño de vapor. Reservar.
Batir el queso de untar con el azúcar, la nata y la esencia de vainilla hasta conseguir una mezcla homogénea. Incorporar las yemas una a una. Una vez que estén bien integradas agregar el chocolate blanco derretido.
A parte, batir las claras hasta que estén firmes. Incorporarlas a la mezcla de chocolate blanco utilizando unas varillas manuales y realizando movimientos envolventes.
Retirar el molde de la nevera y forrar, por fuera, la base y los laterales con dos capas de papel de aluminio. Verter la mezcla, nivelarla y hornear durante 50 minutos.
Transcurrido el tiempo apagar el horno y dejar la tarta dentro. Poner un paño doblado en la puerta del horno, de modo que quede una pequeña abertura que facilitará que la temperatura vaya disminuyendo poco a poco. No os aconsejo que la puerta del horno quede entreabierta porque, al menos en mi horno, esa abertura es demasiado grande y se produce un enfriamiento demasiado brusco.
Una vez que la tarta haya alcanzado la temperatura ambiente, refrigerar al menos durante 4 o 5 horas.
A la hora de servir, desmoldar con cuidado y colocarla en un plato de servir bonito. Decorar con las chocolatinas o similar.
PREPARACIÓN CON THERMOMIX
Engrasar un molde desmontable y forrar la base con papel de hornear o similar.
Derretir la mantequilla en el microondas durante 30 segundos.
Poner las galletas en el vaso y pulverizar con 4 golpes de turbo. Quitar la tapa y verificar que no ha quedado ningún trozo grande.
Añadir la mantequilla derretida. Programar 10 segundos, velocidad 4. Volcar la mezcla en un molde, distribuir uniformemente y presionar bien para que la masa quede pegada al molde. Refrigerar durante 30 minutos.
Mientras, precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo. Sin ventilador.
Derretir el chocolate blanco al baño de vapor. Reservar.
Con el vaso limpio, poner la mariposa en las cuchillas. Batir el queso de untar con el azúcar, la nata y la esencia de vainilla durante 1 minuto, velocidad 3. Programar 2 minutos sin tiempo e incorporar las yemas una a una por el bocal. Agregar también el chocolate blanco derretido. Retirar y reservar.
Con el vaso y la mariposa completamente limpios, batir las claras durante 3 minutos a velocidad 3 ½. Incorporarlas a la mezcla de chocolate blanco utilizando unas varillas manuales y realizando movimientos envolventes.
Retirar el molde de la nevera y forrar, por fuera, la base y los laterales con dos capas de papel de aluminio. Verter la mezcla, nivelarla e introducirla en el horno durante 50 minutos.
Transcurrido el tiempo apagar el horno y dejar la tarta dentro. Poner un paño doblado en la puerta del horno, de modo que quede una pequeña abertura que facilitará que la temperatura vaya disminuyendo poco a poco. No os aconsejo que la puerta del horno quede entreabierta porque, al menos en mi horno, esa abertura es demasiado grande y se produce un enfriamiento demasiado brusco.
Una vez que la tarta haya alcanzado la temperatura ambiente, refrigerar al menos durante 4 o 5 horas.
A la hora de servir, desmoldar con cuidado y colocarla en un plato de servir bonito. Decorar con las chocolatinas o similar.
Más información – Tarta de queso clásica / Cheesecake de mango
Divinisimaaaaaaaaaa no lo siguiente ademas de estar de rexupete me encantan las tartas de queso y no dudo esta este para no dejar ni las migas , receta y presentacion son de 10 points.
ResponderEliminarBicos mil wapa.
Ay Nenalinda...yo este verano tengo un vicio que como no pare no voy a caber por las puertas!! ;)
Eliminarbesos!!