Es interesante ver como el menú va cambiando según van avanzando las estaciones. Gracias a la gran variedad de hortalizas, frutas y verduras de nuestros huertos nos adaptamos, sin enterarnos, al ritmo que marca la naturaleza.
Ahora, con la llegada del calor lo que menos apetece son platos calóricos y pesados por eso son tan famosos los gazpachos, batidos, limonadas ensaladas…cosas ligeras para nutrirse y refrescarse al mismo tiempo.
Para quien no conozca el salmorejo le podría decir que es una sopa fría de tomate, con un toque de ajo. Su origen geográfico está situado en el sur de España y por eso, se suele comparar con el gazpacho. Aunque hay una diferencia sustancial; en el salmorejo la utilización del pan le da una consistencia densa. Pero si algo tienen en común es que los dos aportan vitaminas, son fáciles de preparar, son refrescante y están buenísimos!!
Lo mejor que tiene este tipo de recetas es que son sumamente sencillas, aptas para principiantes. Y que se pueden hacer con antelación, así cuando llegamos a casa ya tenemos el primer plato preparado!
Esta receta está adaptada para dos raciones. Una de ellas se puede consumir en el momento y la otra dejarla en la nevera, bien tapada, para consumir al día siguiente.
500 g de tomate pera bien maduros
1 diente de ajo
1 cucharada sopera de vinagre
8 cucharadas soperas de aceite virgen extra
1 pellizco de sal
1 punta de pan duro (o una rebanada de pan de molde)
Preparar esta receta con la Thermomix es de lo más sencillo y rápido…no hace falta ni pelar los tomates, sólo lavarlos y cortarles el pedúnculo superior.
Poner en el vaso el diente de ajo, los tomates y la sal. Programar 30 segundos a velocidad 5.
Añadir el pan y el vinagre. Triturar durante 30 segundos a velocidad 5. A continuación programar 2 minutos a velocidad 10.
Una vez transcurrido el tiempo programar velocidad 5, sin tiempo, y verter poco a poco las 8 cucharadas de aceite. El modo de hacerlo es ir vertiendo encima de la tapa con el cubilete puesto para que vaya cayendo en forma de hilo y se emulsione poco a poco.
Cuando todo el aceite se haya incorporado ya tendremos nuestro salmorejo hecho.
Ahora sólo nos queda verterlo en una botella y dejarlo un par de horas en la nevera para que esté bien fresquito.
A la hora de servirlo lo puedes adornar con un huevo cocido y rallado, con unos taquitos de jamón, picatostes, saladitos o simplemente con un hilo de buen aceite.
Trocear el pan y reservarlo en el bol o vaso donde vayamos a batir.
Lavar y quitarles la piel a los tomates. Para ello podemos pelarlos cual manzana aunque los puristas dicen que lo mejor es escaldarlos. Para realizar esta operación tendremos que poner agua a calentar. Mientras hacer un corte, no muy profundo, en forma de cruz en la base del tomate. Preparar un bol con agua y hielo. Cuando el agua esté hirviendo introducir los tomates y escaldar entre medio y 1 minuto. Cuando veamos que la piel se separa un poco tendremos que retirarlos e introducirlos en bol de agua helada. Con este contraste la piel se terminará de separar y resultará muy fácil quitar la piel.
Una vez que los tomates están sin piel, cortarlos en trozos y reservarlos en el vaso donde teníamos el pan. Añadir la sal y dejar un par de minutos para que el pan se vaya ablandando con el jugo de los tomates.
Pelar el ajo y añadirlo al vaso. Triturar con la batidora hasta obtener una crema densa. Añadir el aceite con un chorro fino mientras se sigue batiendo hasta que quede muy fino. Rectificar, si fuera necesario, de sal.
Ahora sólo nos queda verterlo en una botella y dejarlo un par de horas en la nevera para que esté bien fresquito.
A la hora de servirlo lo puedes adornar con un huevo cocido y rallado, con unos taquitos de jamón, picatostes, saladitos o simplemente con un hilo de buen aceite.
Hay que tener cuidado con la utilización del ajo, ya que como se va a tomar crudo puede resultar muy fuerte. En cualquier caso se le puede quitar el centro para que sea más digestivo. E incluso se puede comenzar con medio ajo y después rectificar hasta encontrarle el punto.
Ahora, con la llegada del calor lo que menos apetece son platos calóricos y pesados por eso son tan famosos los gazpachos, batidos, limonadas ensaladas…cosas ligeras para nutrirse y refrescarse al mismo tiempo.
Para quien no conozca el salmorejo le podría decir que es una sopa fría de tomate, con un toque de ajo. Su origen geográfico está situado en el sur de España y por eso, se suele comparar con el gazpacho. Aunque hay una diferencia sustancial; en el salmorejo la utilización del pan le da una consistencia densa. Pero si algo tienen en común es que los dos aportan vitaminas, son fáciles de preparar, son refrescante y están buenísimos!!
Lo mejor que tiene este tipo de recetas es que son sumamente sencillas, aptas para principiantes. Y que se pueden hacer con antelación, así cuando llegamos a casa ya tenemos el primer plato preparado!
Esta receta está adaptada para dos raciones. Una de ellas se puede consumir en el momento y la otra dejarla en la nevera, bien tapada, para consumir al día siguiente.
Ingredientes:
500 g de tomate pera bien maduros
1 diente de ajo
1 cucharada sopera de vinagre
8 cucharadas soperas de aceite virgen extra
1 pellizco de sal
1 punta de pan duro (o una rebanada de pan de molde)
Preparación con Thermomix:
Preparar esta receta con la Thermomix es de lo más sencillo y rápido…no hace falta ni pelar los tomates, sólo lavarlos y cortarles el pedúnculo superior.
Poner en el vaso el diente de ajo, los tomates y la sal. Programar 30 segundos a velocidad 5.
Añadir el pan y el vinagre. Triturar durante 30 segundos a velocidad 5. A continuación programar 2 minutos a velocidad 10.
Una vez transcurrido el tiempo programar velocidad 5, sin tiempo, y verter poco a poco las 8 cucharadas de aceite. El modo de hacerlo es ir vertiendo encima de la tapa con el cubilete puesto para que vaya cayendo en forma de hilo y se emulsione poco a poco.
Cuando todo el aceite se haya incorporado ya tendremos nuestro salmorejo hecho.
Ahora sólo nos queda verterlo en una botella y dejarlo un par de horas en la nevera para que esté bien fresquito.
A la hora de servirlo lo puedes adornar con un huevo cocido y rallado, con unos taquitos de jamón, picatostes, saladitos o simplemente con un hilo de buen aceite.
Preparación tradicional:
Trocear el pan y reservarlo en el bol o vaso donde vayamos a batir.
Lavar y quitarles la piel a los tomates. Para ello podemos pelarlos cual manzana aunque los puristas dicen que lo mejor es escaldarlos. Para realizar esta operación tendremos que poner agua a calentar. Mientras hacer un corte, no muy profundo, en forma de cruz en la base del tomate. Preparar un bol con agua y hielo. Cuando el agua esté hirviendo introducir los tomates y escaldar entre medio y 1 minuto. Cuando veamos que la piel se separa un poco tendremos que retirarlos e introducirlos en bol de agua helada. Con este contraste la piel se terminará de separar y resultará muy fácil quitar la piel.
Una vez que los tomates están sin piel, cortarlos en trozos y reservarlos en el vaso donde teníamos el pan. Añadir la sal y dejar un par de minutos para que el pan se vaya ablandando con el jugo de los tomates.
Pelar el ajo y añadirlo al vaso. Triturar con la batidora hasta obtener una crema densa. Añadir el aceite con un chorro fino mientras se sigue batiendo hasta que quede muy fino. Rectificar, si fuera necesario, de sal.
Ahora sólo nos queda verterlo en una botella y dejarlo un par de horas en la nevera para que esté bien fresquito.
A la hora de servirlo lo puedes adornar con un huevo cocido y rallado, con unos taquitos de jamón, picatostes, saladitos o simplemente con un hilo de buen aceite.
Sugerencias:
Hay que tener cuidado con la utilización del ajo, ya que como se va a tomar crudo puede resultar muy fuerte. En cualquier caso se le puede quitar el centro para que sea más digestivo. E incluso se puede comenzar con medio ajo y después rectificar hasta encontrarle el punto.
Me encanta el salmorejo y la receta parece muy facil. ¡Mañana mismo lo pruebo!
ResponderEliminarsi tienes dudas puedes mandarme un email, aunque es tan sencilla que la harás con los ojos cerrados!!
ResponderEliminarfresco y muy sano.
ResponderEliminarEstas recetas sencillas nos facilitan mucho la vida a las singles que trabajamos y tenemos poco tiempo para pensar en comer bien, lo cual no es imposible :)
Sigue dándonos ideas así de rápidas y prácticas Mayra
Gracias por tu comentario Nuria, me gusta que te guste!!
ResponderEliminarSi tienes cualquier sugerencia ya sabes dónde encontrarme!!
Perdona yo soy de donde es tipico el salmorejo que es Córdoba, y la receta no es exactamente asi, además que decir que es como una sopa fria de tomate das a entender que no has probado un salmorejo de verdad
ResponderEliminarHola Anónimo,
ResponderEliminaren primer lugar quería pedirte disculpas. Mi intención no era despreciar al salmorejo si no todo lo contrario. Es una preparación que nos gusta mucho y quería que la gente se animar a hacerla en sus casas. Pero, obviamente, ayudándose de los electrodomésticos de los que disponemos hoy en día.
Y a todo esto ¿cómo definirías tú el sabor del salmorejo? Lo digo más que nada para tomar ejemplo.
Besos!